Podría ser este día como el final de un cuento, el final de un año lleno de historias de hadas, de caballeros y de dragones. Un año tremenda y a la vez sorprendentemente raro. En un año puedes pasar de ser el bueno al malo del cuento, de ser el mago o el que pide descubrir el truco, de ser el torpe caballero o el príncipe valiente, de ser la reina benevolente o la reina de corazones, la princesa rescatada de las zarpas del dragón o la que regresa por su propio pie, el Principito que necesita respuesta para todo o el zorro que no alcanza a entenderlo; todo eso y más, y viceversa... A pesar de lo malo, este año tuvo todo lo bueno. Encontré que todavía queda en las relaciones lo más sincero, lo más puro, lo más de verdad. Que por raro que algo parezca, si se tiene eso, permanecerá por un tiempo aunque sea indefinible. Lo mejor son los momentos, los instantes. Los recuerdos que se quedan en tu memoria por largo tiempo, que penetran en ti de tal manera que se conviert...
Últimamente caí en la cuenta de que tal vez una roca en un camino no se pueda quitar. Por mucho que intentes tirarla abajo, puede no moverse si no tienes la fuerza suficiente para hacerlo. Puede que a veces tengas que rodearla porque no te queda otra y no puedes pararte a dedicarle más tiempo. Otras veces, es posible que simplemente por su tamaño, no consigas moverla en un sólo intento. Quizás necesites dejar que caiga por su propio peso después de haberla empujado un par de veces. Algunos tal vez piensen en coger otro camino alternativo, para evitar encontrarse con la piedra. Si no la ven, no les molesta. O eso puede parecer... Sin embargo, aún cogiendo otro camino, saben que la piedra seguirá obstaculizando aquel camino por el que ya no transitan. Es como evitar ver para no sentir, aunque en el fondo sientas que ahí estará siempre. Puede que sea una forma egoísta e incluso cobarde de verlo, pero no siempre elegimos lo mejor. De ahí que nos equivoquemos y aprendamos de ello. Puede q...