Empiezo de nuevo, después de tanto tiempo, a escribir por "estos lares". No sé si es esto del Año Nuevo que parece que siempre invita a que nos hagamos propósitos y nos pongamos retos nuevos. Tal vez a un "empujoncillo" recibido de alguien con cierto "color" llamativo...
Muchas veces pensamos que nos falta una posible inspiración para hacer lo que queremos, que siempre habrá algo en contra que nos impide hacerlo o simplemente que no podremos por ser como somos.
Sin embargo, basta con una llama, un toque de algún modo mágico, para que nos decidamos. El caso es, ¿Y de dónde viene eso que nos falta?
Creo que debemos buscarlo dentro de nosotros...Puede que no queramos hacerlo porque nos dé miedo lo que nos vayamos a encontrar, pero no será más que encontrarnos a nosotros mismos y aceptar y querer lo que somos. Si conseguimos eso, nos llevará a aceptar nuestros valores y también nuestros defectos, todo aquello que no nos guste de nosotros. En consecuencia, podremos cambiarlo si creemos que es lo mejor, o simplemente aceptar que siendo así soy feliz y que acepto cualquier consecuencia que derive de eso que soy. Es decir, que confío en mí.
Confiar en uno mismo, como yo lo veo, no es otra cosa que saber quién uno es, y saber utilizar mis recursos. Saber lo que hago bien, lo que me gusta, lo que soy, y creérmelo para poder potenciarlo y aplicarlo a mi vida. Si consigo eso, tal vez requiera esfuerzo, el esfuerzo de enfrentarme a todo eso y descubrir lo mejor de mi mismo. A veces no entiendo por qué nos da miedo eso, si al final nos hace mejores y mejora nuestra relación con nosotros mismos, para después que sea mejor con los demás.
Todo esto, me recuerda a un libro que leí hace un tiempo, que hablaba de un caballero de armadura oxidada... Este caballero pensaba que era feliz, rescatando y defendiendo a quien estuviera en apuros, hasta el punto de incluso alardear sobre esa fama que tenía. Sin embargo, tenía algo por lo que destacaba, pero que a la vez le impedía relacionarse con los que más quería, su armadura. Tras petición de su mujer, intentó quitársela, pero llevaba tanto tiempo con ella que ya no le sería tan fácil hacerlo. Y así es como comenzó un camino, uno que le llevaría a enfrentarse consigo mismo, pues esa sería la única manera de deshacerse de su armadura...
Creo que todos en algún momento tenemos puesta una armadura, algo que muchas veces no queremos ver ni aceptar, pero que cuando lo hacemos nos permite ver las cosas de otra manera, con más perspectiva. Si aceptamos lo que somos y confiamos en nosotros mismos, podrán decirnos mil críticas o ponernos mil objeciones, cosas que podremos tener en cuenta, pero sin que lleguen a "perturbarnos".
Y porque como dice una frase que Mandela recordaba en su celda, "Soy el héroe de mi destino, el capitán de mi alma"....
Podemos necesitar la ayuda de alguien para iniciar el camino, como el caballero de la armadura oxidada, pero el resultado y lo que queramos conseguir depende de nosotros mismos...
Muchas veces pensamos que nos falta una posible inspiración para hacer lo que queremos, que siempre habrá algo en contra que nos impide hacerlo o simplemente que no podremos por ser como somos.
Sin embargo, basta con una llama, un toque de algún modo mágico, para que nos decidamos. El caso es, ¿Y de dónde viene eso que nos falta?
Creo que debemos buscarlo dentro de nosotros...Puede que no queramos hacerlo porque nos dé miedo lo que nos vayamos a encontrar, pero no será más que encontrarnos a nosotros mismos y aceptar y querer lo que somos. Si conseguimos eso, nos llevará a aceptar nuestros valores y también nuestros defectos, todo aquello que no nos guste de nosotros. En consecuencia, podremos cambiarlo si creemos que es lo mejor, o simplemente aceptar que siendo así soy feliz y que acepto cualquier consecuencia que derive de eso que soy. Es decir, que confío en mí.
Confiar en uno mismo, como yo lo veo, no es otra cosa que saber quién uno es, y saber utilizar mis recursos. Saber lo que hago bien, lo que me gusta, lo que soy, y creérmelo para poder potenciarlo y aplicarlo a mi vida. Si consigo eso, tal vez requiera esfuerzo, el esfuerzo de enfrentarme a todo eso y descubrir lo mejor de mi mismo. A veces no entiendo por qué nos da miedo eso, si al final nos hace mejores y mejora nuestra relación con nosotros mismos, para después que sea mejor con los demás.
Todo esto, me recuerda a un libro que leí hace un tiempo, que hablaba de un caballero de armadura oxidada... Este caballero pensaba que era feliz, rescatando y defendiendo a quien estuviera en apuros, hasta el punto de incluso alardear sobre esa fama que tenía. Sin embargo, tenía algo por lo que destacaba, pero que a la vez le impedía relacionarse con los que más quería, su armadura. Tras petición de su mujer, intentó quitársela, pero llevaba tanto tiempo con ella que ya no le sería tan fácil hacerlo. Y así es como comenzó un camino, uno que le llevaría a enfrentarse consigo mismo, pues esa sería la única manera de deshacerse de su armadura...
Creo que todos en algún momento tenemos puesta una armadura, algo que muchas veces no queremos ver ni aceptar, pero que cuando lo hacemos nos permite ver las cosas de otra manera, con más perspectiva. Si aceptamos lo que somos y confiamos en nosotros mismos, podrán decirnos mil críticas o ponernos mil objeciones, cosas que podremos tener en cuenta, pero sin que lleguen a "perturbarnos".
Y porque como dice una frase que Mandela recordaba en su celda, "Soy el héroe de mi destino, el capitán de mi alma"....
Podemos necesitar la ayuda de alguien para iniciar el camino, como el caballero de la armadura oxidada, pero el resultado y lo que queramos conseguir depende de nosotros mismos...
"Magia es saltar sin mirar, es caer, y volver a empezar." (Rosana)


Es probar a volcar lo que hay en el fondo de ti...
ResponderEliminar(Porqué tenemos la manía de hacer propósitos solo a principio de año?; deberíamos probar a hacerlos a principio de cada mes... ;) )