Sucede que a veces pretendo "controlarme" con la cabeza, controlar e intentar dominar todo lo que siento. Parece que pensando "correctamente", por decirlo de alguna manera, podré cambiar lo que siento. Es cierto que dominar lo que pienso me puede ayudar, pero primero tal vez deba saber qué es lo que siento y hacerlo lo más mío posible. Ser consciente de eso que tengo dentro de mí...
Por ejemplo, por mucho que piense que "debería" querer a tal o cual persona, bien por su buen trato hacia mí o porque esa persona me quiera, no quiere decir que lo tenga que querer. No depende de que quiera quererle, sino de que sienta que la quiero, sin más.
Creo que lo difícil del asunto, es entender que es eso del "corazón" y cómo podemos sentir con él y que no sea algo de nuestro simple, y también complejo, pensamiento. Sentir con el corazón pienso que es difícil de explicar, pero a la vez algo muy nuestro, algo de todos. Supongo que todos sentimos alguna vez ese cierto "vuelco al corazón" al ver a alguien importante para nosotros o al suceder algo inesperado pero a la vez hermoso, algo que te deja como sin aliento. También cuando estamos a gusto, en un momento especial, podemos sentir como si en nuestro corazón se dibujara una sonrisa, como si estuviera en paz y lleno de alegría. Cuando una canción te hace soñar, cuando una sonrisa de alguien o un abrazo te hace sentir algo maravilloso...Nervios, mariposas en el estómago, ilusión...Todo eso es del corazón.
Sin embargo, en ocasiones nuestro sentir con el corazón no es tan bonito y agradable como nos gustaría... Algunas cosas nos duelen, y no es con la cabeza, ésta nos lo recuerda, pero no es la que nos hace sentirlo. Esto a veces lo olvidamos e intentamos huir de eso que nos duele no pensándolo, como si nuestra mente pudiera controlarlo todo. Pero por mucho que nos empeñemos, eso acabará volviendo a nosotros de alguna manera. Evitando sentir no solucionamos nada, debemos sentir para poder dar nombre a eso que sentimos. Si es dolor, siéntelo y sigue. Si es culpabilidad, siéntela y luego sigue avanzando. Si son lágrimas, siéntelas y se irán transformando en sonrisas. Porque todo necesita ser sentido y a la vez también necesita de tiempo para poder ser gestionado y transformado. Y porque sólo cada uno de nosotros puede sentir y transformarlo a su manera, aunque con alguien que nos acompañe pueda resultar algo más fácil.

Creo que lo difícil del asunto, es entender que es eso del "corazón" y cómo podemos sentir con él y que no sea algo de nuestro simple, y también complejo, pensamiento. Sentir con el corazón pienso que es difícil de explicar, pero a la vez algo muy nuestro, algo de todos. Supongo que todos sentimos alguna vez ese cierto "vuelco al corazón" al ver a alguien importante para nosotros o al suceder algo inesperado pero a la vez hermoso, algo que te deja como sin aliento. También cuando estamos a gusto, en un momento especial, podemos sentir como si en nuestro corazón se dibujara una sonrisa, como si estuviera en paz y lleno de alegría. Cuando una canción te hace soñar, cuando una sonrisa de alguien o un abrazo te hace sentir algo maravilloso...Nervios, mariposas en el estómago, ilusión...Todo eso es del corazón.
Sin embargo, en ocasiones nuestro sentir con el corazón no es tan bonito y agradable como nos gustaría... Algunas cosas nos duelen, y no es con la cabeza, ésta nos lo recuerda, pero no es la que nos hace sentirlo. Esto a veces lo olvidamos e intentamos huir de eso que nos duele no pensándolo, como si nuestra mente pudiera controlarlo todo. Pero por mucho que nos empeñemos, eso acabará volviendo a nosotros de alguna manera. Evitando sentir no solucionamos nada, debemos sentir para poder dar nombre a eso que sentimos. Si es dolor, siéntelo y sigue. Si es culpabilidad, siéntela y luego sigue avanzando. Si son lágrimas, siéntelas y se irán transformando en sonrisas. Porque todo necesita ser sentido y a la vez también necesita de tiempo para poder ser gestionado y transformado. Y porque sólo cada uno de nosotros puede sentir y transformarlo a su manera, aunque con alguien que nos acompañe pueda resultar algo más fácil.
"Puedes cerrar tus ojos por algo que no quieras ver. Pero no puedes cerrar tu corazón por algo que no quieres sentir."
Por último, decir eso que tantas veces escuchamos y leímos, que decía el pequeño Principito, "lo esencial es invisible a los ojos, pero no al corazón", porque podemos ver y querer ver las cosas como nos gustaría que fuesen, tratar de manejarlas como quisiéramos; pero sólo podemos sentir con el corazón como son de verdad.
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