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A mí no me lo preguntes...

Muchas veces creemos saber ya las respuestas a todo, que tenemos las cosas claras y que así será por mucho tiempo...Pero no siempre es tan fácil. De repente un día la vida viene y te cambia las preguntas.

Hablo de todos aquellos propósitos que nos hacemos, de voy a ser esto y voy a hacer esto otro y ya podré acomodarme y tener la vida solucionada. También no sólo de propósitos, a veces creemos que todas esas personas que están ahora en mi vida y me hacen feliz, lo estarán para siempre, por siempre y a pesar de todo. Con esto tampoco pretendo decir que con algunas no sera así, pero desde luego no con todas.

Respecto a lo de los propósitos, a lo que podemos también llamar "nuestros sueños" o "nuestras metas" o incluso "aquello por lo que vivimos", creo por supuesto que es algo necesario, algo en lo que debemos creer porque es lo que nos hace ser lo que somos. Sin embargo, puede que no siempre suceda como imagináramos, lo cual tampoco quiere decir que nos vaya a disgustar, porque incluso puede ser mejor que lo imaginado. Tal vez queríamos ser una cosa, y cuando llega el momento te planteas otra que puede resultarte mejor que la anterior. Porque nosotros cambiamos y con ellos van cambiando nuestros sueños, pero conservando la esencia de lo que eres, cambiarán las formas o los planteamientos, sin embargo habrá algo en nosotros que nos diferencia del resto y que al fin y al cabo es lo que somos.

Parecido, aunque en mi opinión algo más complicado por aquello de que influyen los sentimientos no sólo tuyos sino de otros, está el tema de las relaciones. Sean de pareja, amistad, incluso familiar. Cuando somos felices al lado de alguien, nos surge ese sentimiento de que no queremos que se acabe nunca, que ojalá todo fuera así para siempre. ¿Pero realmente podemos conservar todo tal cual está? ¿Tener todos los amigos que ahora tengo por y para siempre? Firmemente creo que no, al menos no todos desde luego.

Aquí es donde me gustaría recordar algo que alguien importante me dijo una vez: "No podemos tener muchos amigos, porque entonces no tendríamos tiempo para dedicárselo a todos como se merecen." Y esto es algo que llevo creyendo mucho tiempo, porque para mí es cierto. Como suele decirse, amigos "amigos" hay pocos, y son esos los que tal vez cumplen mejor el "para siempre". Pero...¿Y todas aquellas personas que nos hacen felices al menos en alguno momento de nuestras vidas? ¿Ya no cuentan?

Pues sí, cuentan, y mucho a veces. Porque aunque el final no sea el esperado algunas veces, lo pasado con esa persona seguirá estando ahí. Porque forma parte de lo que tú eres ahora. Seguramente hasta hizo que cambiaras para hacerte incluso mejor de lo que eras. Porque aunque ya no esté contigo ahora mismo, no tiene por qué decir que no vuelva a estarlo más tarde. Y si no está más tarde tampoco, no podrás olvidar todo lo que te aportó. Porque quién ahora es importante, mañana puede pasar más desapercibido, por falta de encuentro, por dejadez, o simplemente porque luego no esté entre esas personas que debes cuidar en ese momento.

Como final de esta entrada quiero dar las gracias a esas personas que formaron parte de mi vida en algún momento, que me hicieron ser mejor. También a las que estuvieron y siguen estando, aunque a veces sea difícil cuidar esa permanencia, pero sabes que estarán ahí cuando lo necesites. Me gustaría también dar las gracias a esas personas que entraron en mi vida como de repente, personas de las que no esperaba que me pudieran llegar a aportar tanto, de esas que cuando menos lo esperas aparece un encuentro sincero y una complicidad que no imaginaba en este momento. "Amarillas" gracias...

Quiero que la vida me siga cambiando las preguntas...

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