Cuando el corazón se dispara como si dentro de él hubiera mil mariposas. Cuando no somos capaces de mantenerlo menos inquieto, más sosegado, como simulando a un niño traste que se suelta de nuestra mano. Cuando la mente intenta ordenarle el alto, pero no le hace caso. Cuando se mueve tanto que no nos deja estar quietos, como si quisiera no detener nuestros pasos ni un segundo. Nos impulsa a correr, a actuar, a pasar a la acción. Sin embargo, a veces nos cuesta determinar qué quiere decirnos. Sabemos por qué nos "cuestiona" tanto, provocándonos continuamente preguntas. Preguntas que no siempre podemos responder. Es entonces cuando nos quedamos como estáticos por fuera, cuando por dentro no dejan de fluir las dudas, las respuestas, los sentimientos....como miles de fuegos artificiales. Pero no acabamos de encontrar lo adecuado y lo dejamos permanecer dentro. A la vez que nos impulsa a la acción, nos retrae a nuestro interior. Supongo que quiere que sigamos escuchándole, para ...
...un blog para perderse...